LA VIDA DE LAS MARIPOSAS
concluyó, ya en edad adulta,
que lo suficiente para ser dichosa.
HUELLAS
Volví a tu casa,
como el asesino al lugar del crimen.
De ella fui borrando la huella de mi presencia.
Satisfecha, regresé a la mía,
y allí seguían, indelebles, la marca de todas las tuyas.
TESOROS
Mi madre me enseñó que los más valiosos tesoros
no se encuentran en cajas fuertes,
sino en cajitas de cartón.
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