20 de agosto de 2019

Me acuerdo...


Me acuerdo de cuando me matriculé en primero de BUP y rellené el formulario para la solicitud de la beca. Sentí que rubricaba un tratado en el que se me concedía la posibilidad de ser libre: libre para mantenerme económicamente, libre para vivir en cualquier parte, libre para amar a quien quisiera y como quisiera… Esa gran concesión de libertad vendría en entregas de pequeñas concesiones a las que tenía que responder con mi esfuerzo, y en donde no podía fallarle a mi madre, porque yo estaba en la secretaría de aquel instituto público gracias a ella. 

Algo dentro de mí me decía con una firmeza incontestable, casi con fiereza, que aquella sería una de las mayores conquistas de mi vida.

He experimentado la impiedad de la vida, pero me mantengo firme en la fidelidad y la gratitud hacia ella, y ella, a cambio, mantiene su pacto, el de esas pequeñas concesiones que me hacen sentir el pulso de esa otra concesión, de aquella conquista: la libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario