16 de septiembre de 2011

Blogueguería 9: No traigas vino

No sé quién pondría de moda, como norma de cortesía, acudir de invitado a cenar y llevar consigo el detalle de la botellita de vino, o unos pastelitos para el postre. Más que un acto de cortesía parece todo lo contrario; la descortesía de decirte qué vino quiere beber y/o qué postre le apetece tomar.
Me refiero, claro, a invitar a alguien a casa, a tu salón y a la intimidad de tu mesa, cosa que suele hacerse solo con los más íntimos amigos y con esas personas con las que nos apetece que transcurra la velada. Cuando me meto en el rol de anfitriona me gusta serlo con todas las consecuencias, y cuando soy yo la invitada no me apetece cargar con botellas de vino, mucho menos con la bandeja de pasteles... que desluce el bolso.

Cada vez me incomodan más las comidas en los restaurantes, que últimamente parecen más patios de guarderías en donde la criaturica de la mesa de al lado te planta una cena que será de todo menos relajada... una auténtica indigestión de conversaciones de adultos (la gente parece volverse hipoacúsica en los restaurantes o creerse que su compañero de mesa de repente se ha vuelto hipoacúsico, porque nadie habla en un tono moderado o normal, todos suelen hablar y reír escandalosamente) y lloriqueos o correteos de niños. Sin humos, eso sí, ya que hemos puesto esfuerzo en el emperifollo y hemos pagado una pasta por un menú amenizado por el coñazo del niño arrastrándose por el suelo ante la negligencia paterna y la resignada condescendencia del metre y demás camareros, al menos que no apeste a humo ni el pelo ni el vestido.

Pero decía, haces una invitación a cenar a casa y el invitado acude con el detallito del vino, con lo cual el que tú preparaste para la ocasión lo devuelves al mueble-bar, y así una vez y otra hasta que un día te das cuenta del acúmulo de botellas (alguien hoy me obsequió con un Dehesa del Carrizal, tinto, cosecha 2006) que o te las bebes o seguro que se echará a perder (en el viaje a la Rioja aprendí que incluso los vinos que maduran en barrica tienen unos años de espera en botella, pero a partir de cierto tiempo, muchos años según la calidad, empiezan a perder sus propiedades, o sea, que abajo el mito de "envejecer como un buen vino"), y como una no tiene costumbre de beber vino, salvo en ocasiones especiales, y para acompañar unas vulgares lentejas parece que no procede paladear un reserva (aunque empezaré a practicar esa costumbre snob), por favor, la próxima vez que te invite no traigas vino, que ya lo pongo yo.



9 comentarios:

  1. Recientemente en la prensa de EE.UU se han publicado un estudio que ha probado que mujeres que beben un poco de vino (o cerveza) muy a menudo (dicen casi todas las días pero una copa) envejecen mejor. Tienen menos enfermedades y se sienten bien (mejor que otras que no han bebido) cuando cumplen 70 y más años. Lamento que han gastado tanto dinero para estos estudios puesto que yo pudiera informarles de este fenómeno sin cobrar ni un duro jeje. Porque yo siempre me siento mejor cuando tomo vino; y aun más mejor cuando bebo más :)

    Carmen, En cuestión de tema de tu entrada, aquí tenemos la misma moda de traer una botella de vino o pastelitos cuando te inviten. A mi nunca me molesta cuando nuestros invitados traen vino pero pastelitos, si.

    No estoy de acuerdo que muchos vinos pierden sus propiedades con tiempo. Hace poco tiempo vi en las noticias que se vendieron por mucho dinero una botella de vino francés de más de 100 años de edad. No me acuerdo exactamente pero creo que el precio fue más de 100.000 dólares. No soy experto de vinos de todo (sólo me gusta tomar copas todos los días jeje) pero creo que un bueno vino puede conservar la calidad por mucho tiempo. Por ejemplo cuando veo una botella de Gran Reserva de algún vino español de cosecha de los años 90 compro sin duda.

    Y si no te importa, una preguntita, por favor. ¿Que quiere decir la palabra “detallito” cuando dices (escribes) “detallito de vino”? Gracias de antemano por tu ayuda.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Recuerde, los epígrafes no llevan punto.

    Buenas tardes,
    Mario

    ResponderEliminar
  3. Mujer... se toman dos botellas y point... Además, a veces no pasa nada si no se toma el vino del invitado. No creo que se suelte en plena cena ¿qué pasa con mi puto vino!!! No le quedará más remedio que callarse.. y si rechista, que se pire con viento frejjjjco.

    ResponderEliminar
  4. Jo, don Mario... Ya, sin punto.

    Dim, estudios sobre el vino y las mujeres hay muchísimos (y una canción de Manolo Escobar jajajja), en muchos casos contradictorios. He leído sobre este último que dices, también hace muy poquito se elaboró otro sobre la baja tolerancia del hígado femenino al alcohol (de lo cual soy prueba que corrobora el estudio), y que a nosotras nos perjudica mucho más que a vosotros una buena borrachera. Pero lo que sí parece que tiene cierto fundamento es que la ingesta de una cantidad muy moderada de alcohol diariamente ofrece beneficios cardiovasculares. El alcohol es un vasodilatador.
    En cuanto a la expresión, detallar es un verbo que significa precisar, concretar, puntualizar... Y detalle significa, además de puntualización, gesto o actitud, una atención, por ejemplo:
    -Tuvo el feo detalle de cerrarle la puerta en las narices.
    - Como detalle le regaló una rosa.
    -Tuvo el detalle de traer vino a la cena (el detallito del vino).
    Un abrazo.

    Eduardo, el invitado se molesta si no se hace aprecio a su vino jaja... Y si caen un par de ellas, no hay quien quite luego la mesa sin romper las copas.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias por la explicación, Carmen.

    ResponderEliminar
  6. El vino tiene resveratrol, algo cañero para en antienvejecimiento, según me cuenta la bióloga con la que habito. No sé mucho más porque yo el vino lo bebo porque me gusta.

    El problema de llevar vino a una cena es que se suele llevar sólo una botella, que a veces no llega ni para llenar una vez la copa de todos los comensales. No me gusta cambiar de vino durante la cena. Si se empieza con una marca con esa se acaba. Por eso nunca llevo vino y prefiero montar una cena para agradecer la invitación, en la que pongo mi vino, el que quiero, sin importarme nada que me traigan otras botellas. Ya me as beberé en otro momento solo!! jeje.

    Ah, el vino estña para beberlo, no para guardarlo. Eso es al menos lo que he oído a los beodegueros de por aquí.

    ResponderEliminar
  7. Soy muy comercial. jejeje. No sé de vinos ni me puedo permitir los experimentos.

    Navarro: Altos de Inurrieta.

    Rioja: Marques de Cáceres,El Coto, Muga, Cvne, Marqués de riscal... Lo típico.

    Ribera del Duero: Protos.

    Todos tinto. Hay mejores claro, pero estos los puedo pagar.

    Y si quieres quedar como dios con un blanco, ninguno mejor que el Orchidea de Inurrieta. Acojonante. Ese sí que es bueno.

    ResponderEliminar
  8. Entretenido Post Car.
    Yo también tengo costumbre de llevar vino, pero llevo el que no suelo beber jeje (lo que cuenta es el detallito no? jajaja)

    Mi vino favorito (para pocas ocasiiones debido a su precio de 35 euros la botellica), es el "Rioja Alta 904".
    En segundo lugar y carito también, "Pago de Carrovejas"

    Saludics majos

    Gorka

    ResponderEliminar