Estimado don Antonio, gracias por el enlace. Las hojas caducas parecen haberse convertido en perennes. Mientras se resisten a caer se genera un extraño suspense que afecta a la mente y a las ideas. Ya aflorarán.
En cuanto a sus deseos de que las drásticas medidas sanitarias de Catalunya no se contagien a mi comunidad, mucho me temo que llegarán. Se ha abierto una brecha imparable. ¿Cuál será su alcance? Insospechado, pero esto sí le digo: hasta el último día de mi vida profesional apostaré por la sanidad pública y por mantener su calidad, aunque en vez de un pulsiosímetro para tomar la frecuencia cardiaca tenga que volver a mi reloj con segundero y a multiplicar por cuatro, porque la salud es el bien más preciado del ser humano, sin ella sobra el trabajo y el dinero. Entre todos en este país hemos logrado hacerla universal... Somos muchos los que pensamos así, y ningún político de turno va a decidir quien tiene que morir según la cuenta corriente. Somos conscientes de que nos espera otro sablazo en el sueldo, lo que casi nos supondrá ya un cuarenta por ciento, que se pronuncia hasta sin miedo, más una presión fiscal insoportable, pero puedo decir con total satisfacción que cuando alguien abandona mi zona de salud y se pasa por mi consulta a despedirse, extendiéndome su mano y agradeciéndome mi trabajo y bendiciéndome a mí y a mi familia, eso no hay sueldo que lo pague ni recorte que lo amargue. Me pasó ayer, con un matrimonio de Brasil que regresa a su país... La sanidad no puede dejarse jamás en manos privadas, nos cueste lo que nos cueste. La calidad de vida de la inmensa mayoría depende de ello. Sé que las medidas podían haber empezado por otras vías, y que la crisis es el achaque perfecto para justificar la privatización, pero a los profesionales nadie nos va a amedrentar, no van a poder con nosotros.
Un cordial saludo y feliz fin de semana también para usted.
Me ha encantado su comentario, del que deduzco que es Vd. una mujer grande, en el mejor de los sentidos. Comparto totalmente sus ideas, que también son las mías. Estoy seguro de que todos los pacientes que pasan por su consulta están más que satisfechos. Esa forma de actuar, y de pensar, es un honor para todos. Estoy de acuerdo en que todos tenemos que poner toda nuestra energía para que la Sanidad Pública no se convierta en cadáver, por mucho que lo deseen esos políticos que nos malgobiernan.
Yo estoy seguro de que el Presidente de la Generalitat de Cataluña no tiene problema alguno en que se privatice la Sanidad, porque de buen seguro sus familiares y amigos no tienen que recurrir a ella, porque les sobra dinero para ir a la Privada, eso claro, porque cobran, él y los suyos, a costa nuestra, unos sueldazos que harían enrojecer a una persona medianamente digna y honrada.
Podría decirle que ya me gustaría que Vd. fuera mi médico y mi enfermera, pero no lo creo necesario, porque yo, aunque sea de MUFACE, en su momento, en lugar de apuntarme a una Mutua Privada, opté por la Seguridad Social, y muy contento que estoy de ello, y reconozco que tanto mi médico de cabecera como las enfermeras que le ayudan son personas muy preparadas y muy eficientes, vamos, que son como Vd., Señora Doña El Patio.
Le envío un afectuoso saludo y que tenga unas Buenas Noches.
un tanto arrealista este post...
ResponderEliminarpero mola
Señora Doña El Patio,
ResponderEliminarInteresante demostración de lo que es el horror vacui es este post. Es como una página en blanco. Que cada uno ponga y piense lo que quiera.
Le envío un afectuoso y revoltoso saludo.
Antonio
Señora Doña El Patio,
ResponderEliminarAhí va mi segundo comentario. Pinche aquí.
Que tenga un buen Fin de Semana.
Un abrazo,
Antonio
PS.: Esperemos y deseemos que las medidas sanitarias que están tomando en Cataluña no se contagien a La Mancha.
Estimado don Antonio, gracias por el enlace. Las hojas caducas parecen haberse convertido en perennes. Mientras se resisten a caer se genera un extraño suspense que afecta a la mente y a las ideas. Ya aflorarán.
ResponderEliminarEn cuanto a sus deseos de que las drásticas medidas sanitarias de Catalunya no se contagien a mi comunidad, mucho me temo que llegarán. Se ha abierto una brecha imparable. ¿Cuál será su alcance? Insospechado, pero esto sí le digo: hasta el último día de mi vida profesional apostaré por la sanidad pública y por mantener su calidad, aunque en vez de un pulsiosímetro para tomar la frecuencia cardiaca tenga que volver a mi reloj con segundero y a multiplicar por cuatro, porque la salud es el bien más preciado del ser humano, sin ella sobra el trabajo y el dinero. Entre todos en este país hemos logrado hacerla universal... Somos muchos los que pensamos así, y ningún político de turno va a decidir quien tiene que morir según la cuenta corriente. Somos conscientes de que nos espera otro sablazo en el sueldo, lo que casi nos supondrá ya un cuarenta por ciento, que se pronuncia hasta sin miedo, más una presión fiscal insoportable, pero puedo decir con total satisfacción que cuando alguien abandona mi zona de salud y se pasa por mi consulta a despedirse, extendiéndome su mano y agradeciéndome mi trabajo y bendiciéndome a mí y a mi familia, eso no hay sueldo que lo pague ni recorte que lo amargue. Me pasó ayer, con un matrimonio de Brasil que regresa a su país... La sanidad no puede dejarse jamás en manos privadas, nos cueste lo que nos cueste. La calidad de vida de la inmensa mayoría depende de ello.
Sé que las medidas podían haber empezado por otras vías, y que la crisis es el achaque perfecto para justificar la privatización, pero a los profesionales nadie nos va a amedrentar, no van a poder con nosotros.
Un cordial saludo y feliz fin de semana también para usted.
Estimada Señora Doña El Patio,
ResponderEliminarMe ha encantado su comentario, del que deduzco que es Vd. una mujer grande, en el mejor de los sentidos. Comparto totalmente sus ideas, que también son las mías. Estoy seguro de que todos los pacientes que pasan por su consulta están más que satisfechos. Esa forma de actuar, y de pensar, es un honor para todos. Estoy de acuerdo en que todos tenemos que poner toda nuestra energía para que la Sanidad Pública no se convierta en cadáver, por mucho que lo deseen esos políticos que nos malgobiernan.
Yo estoy seguro de que el Presidente de la Generalitat de Cataluña no tiene problema alguno en que se privatice la Sanidad, porque de buen seguro sus familiares y amigos no tienen que recurrir a ella, porque les sobra dinero para ir a la Privada, eso claro, porque cobran, él y los suyos, a costa nuestra, unos sueldazos que harían enrojecer a una persona medianamente digna y honrada.
Podría decirle que ya me gustaría que Vd. fuera mi médico y mi enfermera, pero no lo creo necesario, porque yo, aunque sea de MUFACE, en su momento, en lugar de apuntarme a una Mutua Privada, opté por la Seguridad Social, y muy contento que estoy de ello, y reconozco que tanto mi médico de cabecera como las enfermeras que le ayudan son personas muy preparadas y muy eficientes, vamos, que son como Vd., Señora Doña El Patio.
Le envío un afectuoso saludo y que tenga unas Buenas Noches.
Antonio