11 de abril de 2012

Blogueguería 64: La Historia que viví

Pensaba hoy, esa incómoda costumbre que tenemos muchos de pensar, de darle vueltas al coco; una vuelta al coco, una cana... hasta acabar todos cenicientos, o calvos, y no es leyenda, sino fundamento: el estrés produce una alarmante caída del cabello, así hasta quedarse calvo, y el estrés no es otra cosa que comeduras de coco, hasta que chirría la materia gris, y que se somatizan de una u otra manera. Decía, pensaba en esta puta crisis, en este momento histórico que dentro de medio siglo (o antes. Esperemos que para entonces sea solo eso, historia) se estudiará como estudiamos la crisis del 29, o los felices años 20, con idéntica burbuja especulativa. Pensaba en esos momentos históricos, o de cierta relevancia, que he vivido, de los que he sido más, a veces más bien menos, consciente.

No fui muy consciente de la crisis de los setenta, aunque mi generación fue claramente una damnificada. Fuimos también los niños de la transición y, como a todo niño, nadie nos explicó nada.

Moriría Franco, y mi madre lloraba a moco tendido por si se "volvia a liar". Ese era el gran temor, tal vez de los ignorantes, tal vez de los que aún guardaban memoria de lo vivido. El temor de los niños de la posguerra ha sido siempre otra guerra.

Recuerdo a Santiago Carrillo, ese señor bajito, de ojos diminutos y voz de dibujo animado, que regresó del exilio, y al que en casa se miraba con cierto recelo cada vez que salía en televisión. También recuerdo a Dolores Ibárruri, cuyo apodo me fascinaba, La Pasionaria... era como el título de una gran novela, de una gran película. Detrás de aquella anciana mujer de pelo blanco y ondulado existía una dilatada vida que ignoraba.

Mi madre adoraba a Adolfo Suárez, y mis tías, y mis abuelas, y las vecinas de mi madre... Todas las amas de casa adoraban a ese hombre de gesto serio, voz profunda y sentenciosa, a su impecable camisa azul y a su puedo prometer y prometo. Las más jóvenes, y otras mujeres maduras con la etiqueta de modernas, adoraban a Felipe González y a su inquieto e inseparable compañero, Alfonso Guerra. Me atrevería a decir que fue una época en la que los políticos levantaban pasiones.

Murió Pablo VI, en verano del 78. Alguna circunstancia excepcional sucedía en casa, porque aquella noche dormí en la de de mis abuelos, y eso solo sucedía excepcionalmente.
Moriría Lennon, asesinado un día de invierno del 80, ex Beatle al que Informe Semanal dedicaba uno de sus espacios. ¿Tan relevante sería ese Lennon? ¿Tan importantes habían sido los Beatles? Desde la perspectiva de hoy, diré que la ignorancia tiene algo de ingrato, de irrecuperable, pero también es despreocupación, una despreocupación que nos evita pesares, angustias. No ser consciente del mundo que te rodea y lo que se fraguó en él en el pasado, o lo que se está fraguando en el presente, es una garantía para dormir a pierna suelta. La indolencia de la ignorancia. Por entonces no éramos conscientes de aquel mundo que nos rodeaba, y mucha historia se pierde en una nebulosa, en el limbo de los hechos ignorados.

En 1981 viví el golpe de Estado del 23F, y mi madre volvió a llorar a moco tendido. El golpe de Estado fue tal vez mi despertar, un golpe a la consciencia, una colleja que me abrió los ojos repentinamente, la sensación de pertenencia al mundo, a una sociedad, la constatación de que un hecho ajeno a mí podría cambiar mi vida y la de toda mi familia, mi historia y el curso de la historia de un país entero.
A partir de aquí sería muy largo de contar, ya todo es la Historia que se nos ha contado y que todos conocemos, e infinidad de historias que solo conozco yo.

5 comentarios:

  1. A todo esto, Ángel Nieto no dejaba de ganar títulos con su moto, en total 12+1.

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  2. Me pregunto si los años 20 de este siglo serás tan feliz que los del siglo pasado. Y si habrá otra crisis en 29. La historia tiene tendencia de repetirse.

    Para mí los Beatles eran muy relevantes porque eran parte de mi juventud. Tan como para los jóvenes de hoy es (¿o más correcto escribir “sea”?) Lady Gaga :)

    Saludos

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  3. Corregimos: Los años 20 de este siglo seráN (no seráS, errata sin mucha importancia). Tan feliz QUE es una construcción incorrecta, Dim, está haciendo una comparación, usa mejor el COMO: Tan alto como el Empire State. Tan felices como los del siglo pasado.
    La historia tiene tendencia A (mejor esta preposición que la DE) Tender a... Tiende al infinito, tiende a fluir, tiende a encogerse... la historia tiene tendencia (o tiende) a repetirse.
    Tan como (mejor TANTO) como para los jóvenes de hoy es (corrrecto si generalizas), sea o pueda ser (también correcto si quieres indicar posibilidad o duda, excluyendo a ese sector al que no les gusta nada, pero nada de nada, la hortera Lady Gaga).

    Los Beatles para mí siempre serán además de historia, una maravillosa historia una vez descubierta y a medida que voy conociendo, una filosofía de vida, y parte de momentos de vida por su música, por una canción puntual. Pero claro, ellos no pudieron formar parte de mi juventud porque casi no existían cuando yo nací jajaja ; )

    Saludos (y espero haber sido clara en las explicaciones que conviertan tu castellano en la perfección cervantina).

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  4. No puedo agradecerte lo suficiente por corregir mis errores y las explicaciones.
    Muchísimas gracias!

    Abrazos.

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  5. Como profe de castellano creo que no lo he hecho mal, pero mi seguido comentario me ha salido hecho un churro, ni yo me entiendo. Quería decir que los Beatles, además de historia, son una filosofía de vida, un icono, que no fumos coetáneos porque cuando yo nací, no es que no existiesen, es que ya se habían disuelto (se disolvieron en el 70) ; )

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