7 de octubre de 2012

Blogueguería 102: El hombre de los zapatos brillantes

Con veinte minutos de retraso sobre la hora prevista, los hombres trajeados de gris y con sombrero borsalino salían uno a uno al escenario y ocupaban sus posiciones. Tras ellos, un coro femenino de tres mujeres ocuparon también sus posiciones detrás de tres micrófonos. Clamorosa expectación cuando el esperado Leonar Cohen hacía su aparición en el escenario. Salía enérgico, dando saltitos, elegantemente trajeado, igualmente de gris, y con su, también, sombrero borsalino. Y entonces se hizo el silencio, esperando oír su primera palabra, su primera frase, que arrancaba el contenido aplauso para después guardar de nuevo un respetuoso silencio en el que fuese su voz, profunda y rota, el principal eco del Palacio de los deportes.
 
 
Leonard Cohen es un Grande, y los Grandes hacen grande cuanto les rodea; son capaces de curvarse tanto, convertirse en un ovillito en el escenario, para que un violín, una guitarra, una batería, un órgano, un sin fin de instrumentos más tocados por aquellos hombres ataviados de traje y sombrero, y tres sublimes voces femeninas, se conviertan en inequívocos protagonistas de un grandioso espectáculo de voces y melodías.
 
 
Ese hombre enjuto, elegantemente trajeado, de finos dedos de manos grequianas y zapatos brillantes nos tenía a todos entregados. Tres horas de concierto en los que el hombre de los zapatos brillantes nos conquistaba con sus canciones de siempre, con la cadencia de siempre, con sus gestos elegantes, con sus expresivas manos, con sus ojos cerrados, con su cuerpo arrodillado o ligeramente flexionado, con su complicidad con los de dentro y fuera del escenario...
 
 
Hay algo que hace especialmente grande a Leonard Cohen, y es salir a un escenario como si le quedasen miles de escenarios que pisar y otros tantos públicos a los que entregarse.

4 comentarios:

  1. es impresionante lo de este hombre, si no me equivoco 78 años y se pega un concierto de 4 horas!!!. expectacular. Cúantos podrían aprender de lo que es saber lo que su público quiere y lo que es darlo todo. Un abrazo

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  2. Es curioso que parece que L. Cohen da más conciertos en Europa que en su natal Canadá o en América. Puede que los anglosajones no entienden buenos cantantes :)
    Saludos.

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  3. Dim, por aquí tenemos un refrán que dice: Nadie es profeta en su tierra.
    Tal vez sea esa la razón, o que el público europeo, especialmente el español, es más receptivo a figuras como Cohen. Ya sabes, es uno de nuestros premios Principe de Asturias.

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  4. No supe que L. Cohen recibió premio Príncipe de Asturias. Pero curioso es que cuando vi la página de Wikipedia de los premios Príncipe de Asturias L. Cohen fue otorgado el premio en Literatura.

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