Al amor acabado
Los cubiertos rechinan sobre los platos,
en el lecho, el ronquido.
El espejo del cuarto de baño
y su rostro repetido...
el sonido del televisor en el salón,
el silencio en el aire que se escapa por la ventana
y grita en la calle...
Y así la costumbre, cual rueda de molino,
nos hizo y nos deshizo.
Fe ciega
Dijo: Cree en mí.
Y creyó.
Eso es la fe ciega.
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