Quién no ha sido alguna vez
un alma desnortada
una brújula que siempre marca el Este
una hora clavada en la madrugada
un cetáceo al que engaña la corriente
barquita en noche cerrada sin faro que la oriente
cuerpo desabrigado al que sorprende la nevada.
Quién no fue, en algún instante de su vida,
puro desconcierto,
una zozobra,
un minuto de calma,
la inquietud de la duda,
un sí y un no al mismo tiempo
una risa loca a los pies de un muerto.
Quién no es alguna vez
un paisaje desolado
un volantón caído en su primer vuelo
una barbilla que tiembla
una lágrima que abrasa...
mas hasta los insignificantes seres
sobreviven a la intemperie.
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