31 de agosto de 2015

Tardes que a ti me llevan

En esa luz de la tarde que brota
como un destello de queja y desaliento,
en donde el vuelo de las aves
no es sino la sombra de unas alas rotas.

En esa umbría,
en donde el terreno se enreda con el cielo
y el cielo vierte su negrura en el terreno,
repite infatigable la memoria todas las palabras
que fueron manantial vivo de deseos
y que ahora, fatigadas,
caen una a una en el desierto
de una boca agrietada.

De esta tarde, que en noche se vence
y se cierne entre rescoldos violetas,
cenizas de silencios y distancias
de aquel doloroso juego
que fue prenderle fuego al alma,
ya nada espero.
Mas siempre entre las cenizas
el viento agita la esperanza.


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