12 de febrero de 2012

Blogueguería 50: Embarazosa pesadilla

Lo sabía, estos enormes pechos... una cien, el resto de mi vida no me voy a ver en otra parecida, pero ahora así. Aquí están, calintes, redondos, duros como piedras. El vientre extraño, agitado, caliente también, presintiendo que algo se cuece dentro. La naturaleza quiere hacer su última gracia: traca final antes de que el ciclo vital hormonal llegue a su fin. ¡Casi 45 años! y embarazada. La angustia, con su forma de nudo asfixiante, se apodera de mí: ¡Noooooooo!

Imagino los comentarios de unos y de otros; mi madre: Pues nada, hija mía, más vale hijos que enfermedades; Jota: A estas edades seguro que no cuaja, y si cuaja, pues nada, a tirar otra vez de tollitas y pañales; Mis hijas: ¡Bieeeeeeen. Gracias, mamá, un hermanito! (se creen que tener hijos en como sacar a un perrito a pasear, o como su mascota, una tortuga a la que ellas nunca le cambian el agua ni echan de comer, solo se asoman de vez en cuando a ver cuánto ha crecido). Mis amigas seguro que se alegrarán, de buena fe, por supuesto, y me animarán poniéndome en antecedentes de que su amiga tal, o la prima de su prima, han sido madres primerizas a los cuarenta...

Abducida y transportada por no sé qué fuerza misteriosa, aparezco en una sala oscura. Parece un cementerio de ecógrafos, todos apagados y obsoletos, como si hiciese décadas que dejaron de usarse... Pienso si ambas cosas: la oscuridad de la sala, otrora diáfana, y los aparatos sin hálito de vida, sin ese parpadeo del reposo transitorio, son las consecuencias de los recortes y el modelo Alzira, que tan brutalmente está imponiendo Cospedal en nuestra sanidad. Debe de ser, como también lo será que no me reciba una enfermera que me indique dónde sentarme o me dé instrucciones de cómo prepararme para mi primera ecografía que dará fe de que hay latido fetal. Esto pienso mientras calmo la ansiedad de la espera. Joder, Carmen, ¿cómo te has metido en este lío...? Ya, sí, sabes perfectamente cómo se mete una en estos líos, pero ni una quinceañera, tú que tan cargada de razones te pones en que no hay educación ni correcta información, pues toma tres tazas de tu ¿descuido?

Una silueta masculina aparece en el umbral de una puerta, con el mismo halo que un extraterrestre de Encuentros en la tercera fase. Avanza hacia mí con pasos largos y firmes. Se detiene. Bigote recortado sobre recortados labios de recortada sonrisa de masculina Gioconda. Trae en una mano un bote de gel conductor caducado, en la otra una sonda de ecógrafo sin conexión. No deja de avanzar hacia mí mientras yo retrocedo... avanza y retrocedo... avanza y retrocedo... avanza y retrocedo, avanza y mi espalda choca contra la pared... Avanza, avanza, avanza...

5 comentarios:

  1. Joder... qué angustia. Me voy a comprar un predictor para quedarme tranquilo.

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  2. Puffff, la cosa parecía tan real que aún no he recuperado la 80. Creo que últimamente son demasiadas las presiones mentales jaja

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  3. 100 de pectoral, 45 años ...... Debo de reconocer vecina que estas espectacular .....

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  4. ¿Vecino?, se trataba de una embarazosa pesadilla. Los 45 de aquí a mayo no hay quien me los quite, la 100 mermó considrablemente al salir de la fase REM.

    Saludos.

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  5. 100-60-90?? No me dirás que no es un tipazo, vecina.

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