12 de febrero de 2012

Blogueguería 51: Una diosa maltratada

Es el domingo día de amanecer tarde y con cierta desgana, perezoso, con desayuno en zapatillas y pijama, con cierto vacío existencial, días de que no suceda nada digno de reseñar, salvo las goleadas, a quien le emocione, de los partidos de la noche del sábado... Sí, los domingos me producen últimamente un inexplicable vacío, una sensación de embotamiento mental  y cierto abandono a tareas fútiles, como pueda ser trocear en minúsculos pedacitos los comprobantes del cajero automático, que voy acumulando por docenas en un compartimento del bolso con el propósito de ratificar debitos, tediosa tarea que nunca me molesto en hacer.

La portada del los períodicos de hoy anuncian la muerte de Whitney Houston. Un domingo de verano de 1997 también amanecía con el anuncio de la muerte de Lady Di. A pesar del frío de hoy, la coincidencia me ha hecho recordar a aquella, y no sé muy bien por qué, desde esta mañana mi cabeza se empeña en hacer paralelismos y similitudes, como si ambas hubiesen labrado su fatídico destino en el preciso instante en el que deciden formar parte de la vida de un hombre, o mejor, diría que en el momento en el que un hombre se apropia de sus vidas y las convierten en bellos títeres abocándolas a su autodestrucción.

"Empieza a ser rutina de estrella aparecer muerto en la bañera", dice Manuel Jabois en el obituario que le dedica. La verdad es que las estrellas cuando mueren lo hacen a lo grande, con ese último destello de luz que dibuja una larga estela en el cielo. Morir sola y en la bañera de una habitación de hotel no es manera de morir muy a lo grande, es una triste manera de morir. Morir con 48 años, con los pulmones y las venas quemados por las drogas, tampoco es una manera de morir a lo grande, más bien es una manera estúpida de morir.

El punto de inflexión de la diosa negra comenzón en 1992, El guadaespaldas es la banda sonora más escuchada y su canción  I will always love you vendió millones de copias, y es en 1992 cuando contrae matrimonio con el hombre que sería decisivo en su vida. De él ella misma diría que era "su droga", y como toda droga la hizo dependiente, droga de la que tal vez se deshizo demasiado tarde, cuando el daño ya estaba hecho, cuando no basta con maquillar la cara ni engordar unos kilos para parecer más saludable. 
Cabe preguntarse, y no tengo dudas sobre la respuesta, que si la fragilidad de  Whitney se hubiese topado con otro hombre muy distinto, tal vez hoy la portada de periódico sería el estreno de otro exitoso trabajo en su madura pero aún atercipopelada voz.

3 comentarios:

  1. Carmen,
    A menos que no te entiendo (y en este caso pido disculpas) me parece que tú culpas la muerte de Whitney Houston a su matrimonio. Respetuosamente no estoy de acuerdo; todos nosotros tenemos responsabilidad en nuestras acciones. ¡Qué pena perder tan gran talento!

    Saludos

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  2. Soy yo la que no se ha expresado bien, entonces, Dim. No, quería exponer la idea del mito caído, de quien todo lo tiene y no es capaz de asimilar ese poder: fama, dinero... También es cierto que existen seres humanos cuya fragilidad, o tendencia, hace que dependa mucho del ambiente en donde se desenvuelven para vivir la vida plenamente o para autodestruirse sin darse cuenta. Las personas que tenemos más cerca son decisivas, aunque la responsabilidad en primera instancia siempre sea nuestra. La muerte de Whitney es un cúmulo de circunstancias y un ambiente poco propicio para un ser humano frágil.

    Abrazos.

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  3. Como puedes imaginar actualmente hay muchas conversaciones, entrevistas con expertos, análisis, etc. en emisoras de tele de EE.UU. en cuestión de la muerte de Whitney Houston. Y creo que anoche o tal vez la noche antepasada vi la entrevista con una doctora de psicología que dijo casi exactamente lo de que dijiste tú (de los seres humanos que tienen fragilidad y tendencia de autodestruirse). Entonces si dos mujeres mucho más inteligentes que yo lo dicen, tengo que coincidir :).
    Saludos.

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