20 de marzo de 2012

Blogueguería 60: El gesto

Hoy, por escribir algo, por darle a la tecla, iba a dedicar una entrada a los mapas, a esos planos de ciudad que amablemente nos proporcionan  en los hoteles, sin necesidad de ir a la oficina de Información y Turismo porque internet se encarga del resto, y que no nos cansamos de extender cientos de veces para ubicarnos. He decidido coleccionar esos planos, para viajar temporal y espacialmente con el recuerdo, un refrescar la memoria de vez en cuando, como hojear los álbumes de fotos que también me gusta hacer de tarde en tarde aunque ahora sea el ordenador el que albergue cientos de archivos, para asir lugares visitados y tener esa sensación de pertenencia al mundo, a un mundo que cuando recorres sus idílicos rincones te sientes orgullosa de pertenecer, como si nuestro ADN llevase genéticamente impreso el ADN de aquellos que contribuyeron a dejar la huella de la historia en un muro, en una escultura, en un cuadro... y sintiésemos que también nosotros dejamos nuestra pincelada.

Pero hay veces en las que suceden cosas que cambian esa concepción de sentirte parte de ese mundo sublime, en las que ese orgullo de "homo sapiens y creator" se convierte en la imagen de una alambrada de espinos que divide una ciudad (dos mundos), de un gigantesco hongo que invade el cielo de una ciudad hasta convertirla en cenizas, de miles de esqueletos vivientes paseando con raídos pijamas a rayas por un campo de concentración a la espera de su final, de un loco disparando indiscriminadamente sobre decenas de jóvenes que cantan con guitarras... Se convierte en esta imagen, en el gesto de un padre, que he bautizado como La de la vergüenza



                                                                            El gesto

Desde ayer esta imagen que no me deja tranquila, me da pudor, me sonroja... ¿Qué mundo le estamos dejando a nuestros hijos? O, entresacando de una acertada filosofía de Leopoldo Abadía, ¿qué hijos movidos solo por el odio estamos dejándole a este mundo? ¿Qué realidad les estamos transmitiendo, qué  sentimientos, qué valores? Xenofobias, homofobias, intolerancias, radicalismos... odios, en definitiva, que se cobran vidas con la misma facilidad que se prende una cerilla. ¿Qué se respira en esta sociedad, tan silente y a la vez tan podrido, tan virulento, que envenena la razón, que engendra  asesinos de inocencias, de esos valores indispensables para la convivencia, para ser ciudadanos y parte de una sociedad que camina y construye (con)junta, que va dejando esa huella que en el año 2750 otros hombres sapiens admirarán por su belleza, ajenos a estos odios que hoy aniquilan esperanzas, que nos reducen a la "animalidad" en un estadio salvaje y  terrorífico? Cuándo llegará el día en el que no sea demasiado tarde...

Esta será la imagen, el gesto (que surgió de manera tonta pero que ha cobrado significado y fuerza) de perfil (hasta que me canse o se me alivie) en señal de protesta, en señal de mi vergüenza

3 comentarios:

  1. Las malas noticias que vienen todos los días ya no me sorprenden. Y aun peor que no causan mucho indignación. Todo se racionaliza.

    Otra cosa que me llama atención en tu post es que tienes manos muy bonitos. En EE.UU. la corrección política se ha convertido en ridícula. Si dices un cumplido a una mujer acerca de su vestido o su aspecto físico puedes perder el trabajo o cliente. Por lo menos me atrevo hacerlo aquí; a menos que me demandes a través de internet :).

    Saludos.

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  2. A las españolas nos encantan los piropos, Dim, y el español ya ha olvidado qué es eso. Lo que sucede en EEUU es sacar las cosas fuera del tiesto, como suele suceder si se confunde un piropo con un acoso. Gracias por ese piropo ;)

    Yo todavía siento si me pincho con una aguja, me resulta imposible racionalizar ciertas tragedias, porque en ninguna de ellas entra lo razonable. Un loco con 23 años que dice vengar a los palestinos matando niños judios, ¿donde está aquí lo razonable? Solo veo sinsentidos: 23 años, la flor de la vida para disfrutar de la vida: del sexo, de la fiesta, de al aventura, de miles de experiencia propia de esos maravillosos años, ¿y tu mente solo piensa en venganzas? Niños muriendo para vengar vidas ajenas, que desconocen, por una guerra que ellos no han empezado, de la que no son partícipes, pero que incluso puede que un día alguien les empiece tambien a ellos a inculcar un odio hacia otros niños como ellos, pero palestinos etc, etc... Esta vida es un auténtico despropósito.

    Un abrazo.

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  3. Carmen, gracias por ensenarme una nueva palabra, piropo :). Todavía recuerdo (de mi juventud) un arte de un piropo de más alto nivel de silbar en voz alto al ver una guapa jeje.

    En cuestión del tema de este post, estoy totalmente de acuerdo contigo. Y lo que dije acerca de “racionalizar” no refería a lo que tú escribiste sino a la gente por lo general.

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