Hace unos días, Jota anduvo buscando un inalámbrico por todos los comercios de la ciudad. No fue capaz de encontrarlo. Se lo dije, le dije: Hay cosas que ya no se venden tras un mostrador. Y tuvo que darme la razón.
Llegará el día en el que todo se compre por internet y ya no haya dependientes ni tenderos, sino repartidores y agencias de reparto. Vino muy sorprendido, alarmado por lo que había percibido: "Quieres creer que a lo largo de la Calle Calatrava, no había comercio, al que me asomase de reojo, que no estuviese completamente vacío, sin un alma"...
Y así he sentido la ciudad esta tarde, sin un alma, o sin el alma que la caracteriza. Calles vacías, tanto que por un momento me han parecido irreconocibles, como si me encontrase en otra ciudad que no era la mía, extrañamente vacía, sin más reflejo que el mío sobre los escaparates.
Alégrate, Carmen, eso es que Ciudad Real tiene un 'pedazo de brote verde' que ni la región amazónica. Están todos de vacaciones en las playas, ¡hasta en el Caribe! La crisis es cosa de los periódicos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me temo que no, el ciudadrealeño nunca se va de vacaciones en sus fiestas del Pandorgo ni de su virgen del Prado, a la que gustan pasear en procesión. Ciudad Real es básicamente funcionariado, imagínate!!! Aunque muchos nos señalan con el dedo como un privilegio, no es más privilegio que el de paliar la crisis de la que no somos reponsables y encima cargar con las culpas. Te digo yo...
ResponderEliminar