25 de septiembre de 2012

Blogueguería 101: Equivocarse para volver a empezar

"Parece ser que esa antigua modalidad de parto se está poniendo de moda, sobre todo en los países nórdicos: Holanda, Suecia, Noruega... ", esto escribía Sánchez Dragó acerca del nacimiento de su último hijo, un híbrido cachorro que nació como todos los niños, salvo anomalías posicionales insalvables, vía intravaginal, pero en lugar de hacerlo en un hospital lo hizo en casa, por deseo expreso de sus padres y puesto que él, no nato y por tanto aún no persona jurídica, no podía expresar su opinión, que como buen hijo de su padre, si hubiese tenido oportunidad, hubiese nacido como le hubiese salido de su liberal gana.
No se le escapará a Sánchez Dragó ni a su avispada capacidad de análisis, las razones por las cuales hay modas que vuelven. Unas lo hacen por ese vacío creativo, por esa incapacidad de innovación que a veces aqueja a una o varias generaciones. En ese caso, vuelven las minifaldas, las plataformas, las campanas, los pitillos, se vuelve a liar tabaco, la vuelta del sombrero no termina de cuajar... Se  enfatizan también las mitomanías... Pero esas modas no nos aportan nada nuevo, es un "volver atrás", un estancarse en el inmovilismo. Ni tan siquiera hay matiz, es solo ese palpable vacío de ideas. El gusto por lo vintage no es otra cosa que un baño de nostalgia ante la fealdad de lo actual.
Pero, a veces, las antiguas modalidades vuelven por una razón de peso, por una fuerza mayor, por la constatación irrefutable de que aquello que las sustituyeron en su día fue una auténtica equivocación, un fracaso. Y eso fue lo que sucedió en esos países del norte de Europa, tan avanzados, a años luz de nosotros y de cuya experiencia, porque ellos siempre van por delante, deberíamos aprender nosotros, esta Europa que sufre una ceguera espantosa y que camina como aquellas bestias en las norias, con sus anteojeras y dando vueltas en círculos. Se agrava el asunto si añado que lo hace sobre un pozo agotado.
El parto en los hospitales conllevó generaciones y generaciones de niños "robados" del regazo de la madre, a las que cada vez resultaba más difícil dar el pecho para amamantar a sus hijos, expuestos bajo el calor de las lamparillas de neonatos en lugar del pecho de su madre. Todos salían con el biberón bajo el brazo. La industria láctea se amillonaba en ese estado de cosas, era como un complot empresarial hospital/fabricantes de leche. Los niños no gozaban de mejor calidad de vida, todo lo contrario: sistemas inmunológicos más deficitarios, más alergias... Hasta que un día, una matrona dio la voz de alarma: Nos estamos equivocando. Era un fracaso humano. Y ahí comenzó la vuelta atrás, las madres reivindicaron el derecho a parir como quisieran, también a tener a sus hijos con ellas nada más cortar el cordón umbilical, a amamantarlos, a que ninguna institución les robase su derecho fundamental bajo la apariencia de un bien.

 Se generó una red organizativa políticosocial que permitía a las familias, les permite, criar a sus hijos como siempre se ha hecho. En Noruega no está mal visto dar de  mamar en un restaurante, o en un cine, hay lugares habilitados para ello, incluso en la misma mesa de comensales; lo natural se ve como natural.
Y todo esto para decir qué... Todo esto para decir que del fracaso de un sistema hay que aprender, dar marcha atrás, o sencillamente alzar la voz y decir basta. No es necesaria una guerra, basta una voz que se alce y diga donde está el fallo, bastó la firme convicción de una matrona para que una institución devuelva a los ciudadanos el derecho a ejercer su paternidad como la sabia naturaleza establece. Basta con que una sociedad diga basta, pero ahora hay que buscar, trabajar,  nuevas alternativas que conlleven un compromiso tanto de las instituciones como de esa sociedad, que cada uno aporte lo que le competa, lo que es imprescindible para que el engranaje funcione, para que todo fluya con cierta armonía, para que todo resulte más justo, para que no se repita, para que los errores de unos y el enriquecimiento de muchos no vaya siempre en detrimento de los mismos, mucho menos de los que están por venir.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado todo tu post, desde el principio hasta el final. estoy muy deacuerdo con muchas de las cosas que dices y a veces tardamos en darnos cuenta que un tiempo pasado no se si fué mejor, pero las cosas se hacían mejor, o por lo menos bien, que no es poco. Un abrazo

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  2. Al pasado solo hay que volver para enmendar errores, el futuro siempre está por llegar y la mirada tiene que orientarse siempre hacia él, hacia adelante.

    Un abrazo.

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