1 de septiembre de 2012

Blogueguería 96: Papá se ha casado con una rusa

Alude Uriarte, en su Diario, a dos amigos separados. De uno de ellos decía que tenía problemas para ligar por miedo a encontrarse con muebles espantosos en casa de su ligue; ¿mobiliariosexofobia? Otro había roto con su último ligue porque a esta no le gustaba el aceite de oliva, y eso era algo inadmisible, le tenía que gustar el aceite de oliva sí o sí... "Somos tal vez demasiado mayores", dice Uriarte... y eso nos vuelve tan acomodados, tan esclavos de nuestras manías, añado yo.
 
El caso es que cuando te aproximas a los cuarenta, con los hijos a medio hacer, surgen estos "imprevistos", nada es para siempre, o el desenlace de la crónica de una separación ya anunciada, y vuelta a empezar... o a buscarse la vida como superviviente en una particular isla desierta.
 
Y ninguna, o casi ninguna, de estas realidades es como la de los Serrano, uno más uno son siete,  ni la nueva suegra es maravillosa y trata a tus niños como si fuesen sus nietecitos, ni a tus hijos les hace ni puñetera gracia compartir su casa con los cansinos, maleducados o repelentes niños de tu nueva novia o novio. La generalidad es que a las criaturicas, ese andar errante en casas ajenas y entre familiares ajenos, les angustia, como tampoco les hace ni puñetera gracia que papá o mamá los dejen con los abuelos para irse de vacaciones con su nuevo novio o novia; se sienten un estorbo. En el fondo es un sentimiento egoista, sí, no desean compartir más afectos, ya que creen haberse quedado con la mitad de ellos, algo desprotegidos, inseguros, inestables... Todo eso lo utilizarán como un chantaje emocional, también es cierto, pero papá y mamá tendrán que "rehacer" sus vidas (qué pereza da esa palabra cuando lo creías todo hecho), ¡con lo que cuesta encontrar a alguien a quien no poner peros...! A ciertas edades, y tras ciertas experiencias, todo son peros.

Sucede también, normalmente a ellas más que a ellos, que a pesar de la separación, se interesan por saber si papá ya encontró ligue, pero sobre todo cómo es "ella", alias zorrón o querindonga, porque ¿qué mujer normal va a aguantar a los EX? Nadie que no merezca el apelativo de zorrón o querindonga... Cuestión de autoestima, baja autoestima (por muy dignas que nos pongamos), o más bien  masoquismo, o insana curiosidad... Y somenten a las criaturicas a un interrogatorio propio de la Gestapo: ¿Cómo es ella? ¿Dónde la ha conocido? ¿Duerme con papá?... solo para confirmar lo que ella ya sabe en su fuero interno; que será posiblemente más guapa y más joven que ella, y que sí, se la está tirando poco menos que delante de los niños!!, o cuando menos se manosean y besuquean sin reparos. Y es que papá, con esta modernidad de internet y esas redes sociales en las que siempre hay plan, convertido en un experto de las cibercitas.com, se ha echado una novia rusa, quince años menor que mamá, casi podría ser la novieta del nene de aquí a dos o tres años, más de uno setenta, rubia y licenciada en relaciones comerciales... Mamá dice que todas estas se licencian en lo mismo, pero es pura envidia, la realidad es que la novia de papá es un pibón del este  que, además, domina cinco idiomas y trabaja en la empresa de su papá, un ruso de esos que se está amillonando, y eso a mamá le jode que no veas...
 
Antes de la rusa hubo una brasileña, y antes de esta hasta se atrevió con una china... Pufff, la que se lió con la del gigante asiático... ya veíamos a papá sirviendo rollitos de primavera en el negocio familiar los sábados por la noche. A ver si, ¡por fin!, se acaba este sinvivir, aunque terminemos todos en Siberia, hasta mamá cuando venga a vernos.


(Basado en historias reales)

2 comentarios:

  1. No he visto hombre tan feliz en mi vida como un señor que iba por el andén del metro llevando del hombro a una rusa, o al revés, porque el hombre, con su boina incluida, no le llegaba a la eslava más que a la altura del pecho (como para no ir contento con la oreja pegada a los 120 cm de la rusa), y el brazo se le iba a dislocar al señor de llevarlo tan alto para alcanzar el hombro de su compañera. Vamos, que yo le di la enhorabuena al afortunado al cruzarme con la pareja; el resto del andén, no; qué envidiosos, comentaban de todo. Carmen, como habían visto, los mirones, que les había saludado, a la pareja, creían que les conocía, y empezaron a preguntarme, como ellos ya habían desaparecido del andén, me monté una historia que dejé a todos con los dientes que les llegaban al suelo. Y a una señora que me dijo, ¿no se dará cuenta que esa mujer se ha casado con él porque le interesa?, le dije eso de, ¿conoce usted a una sola mujer en el mundo que no se haya casado con su pareja sin interesarle? Pues eso. A disfrutar y los herederos a ayunar.

    ResponderEliminar
  2. Siempre lo he dicho: el amor es puro egoismo, Juan Ignacio, el interés puede ir desde lo más superfluo y material a lo espiritual, pero no deja de ser un interés.

    Un saludo.

    ResponderEliminar