19 de septiembre de 2012

Blogueguería 99: Así, como quien no quiere la cosa

Uno no se da cuenta,
y así, como quien no quiere la cosa,
nace...

Enormes bocas
te dicen cosas ininteligibles,
bocas llenas de cientos de dientes
que sonríen,
enormes bocas que te besan,
te achuchan y te pellizcan la cara.

Y como quien no quiere la cosa,
un buen día,
te sostienes sobre tus pies,
y entonces comprendes
que tu libertad depende
de la zancada de tu zapato.

Y sin darte cuenta,
como quien no quiere la cosa,
te encuentras tomándote algo,
con un grupo de amigos
que llegaron a ti también
como quien no quiere la cosa.

Y como quien no quiere la cosa,
encontraste trabajo,
te compraste un piso,
estuviste a punto de comprarte un perro,
pero decidiste que no tendrías tiempo
para sacarlo a pasear.
A decir verdad, creíste encontrarte
tanto cuando tus zancadas conquistaban
centímetros de libertad...

Y no sabes muy bien cómo,
pero ha sido si darte cuenta.
ahora te molesta el ruido de la cafetería,
también el claxon impaciente
frente a un muñequito en rojo,
y ahora te ves dando zancadas
solo para alcanzar la acera,
mientras lo mandas callar
con un agresivo gesto de tu mano:
¡Que te esperes, coño!

Y cruzas veloz,
perdiéndote entre la espesura
de la gente y la sombra de los edificios,
tan veloz que,
como quien no quiere la cosa,
cierras la puerta tras tu espalda
y te sorprendes mirándote las canas
en el espejo de la entrada...

Y así, como quien no quiere la cosa,
entonces te das cuenta:
Estás sola.



2 comentarios:

  1. Eso se llama, así como quien no quiere la cosa, VEJEZ



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  2. Sobre la vejez y la soledad dice Gabo: El secreto de una buena vejez no es más que un pacto honrado con la soledad.

    Pero la soledad, en esta sociedad que nos hemos empeñado en fraguar de esta manera, no solo aqueja a la vejez, desgraciadamente. A lo largo de la vida, constatamos en más de una ocasión, nuestra permanencia en ese estado.

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