10 de octubre de 2012

Blogueguería 103: La decepción

"Eres la decepción más grande de mi vida", la frase es cruda. Se recrudece aún más dependiendo de quien venga y hacia quien esté dirigida, también del momento de la vida en el que sea dicha.
 
Si se trata de una mujer a un hombre, al poco de haberse conocido, en donde la insuficiencia del tiempo para conocerse es manifiesta, y en donde las decepciones pueden ser múltiples por la no respuesta a lo esperado, diremos que es un juicio precipitado, ligero. A esa mujer le quedan muchos hombres decepcionantes por conocer, mucha vida por ser decepcionada, incluso ese mismo hombre, en el grueso de su vida, quedará convertido en algo insignificante.
 
Si se trata de un padre hacia un hijo, tal vez se considere más un reproche. Hay padres que no tienen hijos, creen haber tenido proyectos a su imagen y semejanza, y cualquier cosa que no sea lo esperado de ellos es una decepción: la carrera que estudiaron o no, con quién se emparejaron, su manera de vivir y de concebir el mundo... La decepción de muchos padres responde, en muchas ocasiones, a su propia frustración. Conciben lo mejor para ellos, la vida que ellos ya han vivido, como la mejor para sus hijos, desde su corta perspectiva, sin más miras que garantizar cierta "estabilidad" y "seguridad", que en el fondo no es más que regodearse en su propio ego, sin tener en cuenta ni los deseos ni los intereses de ese ser humano, el hijo, libre e independiente.
 
Si se trata de un hijo hacia un padre, la frase se convierte en una de las afirmaciones más duras que un hijo puede hacerle a un padre: Eres la decepción más grande de mi vida. Suena a un dolor irreparable, a unos lazos irrecuperables, al cese voluntario de toda complicidad padre hijo, eufemismo de un profundo lamento, incluso a un desprecio cargado de amargura... Cuando un hijo dice a un padre: "Eres la decepción más grande de mi vida", es porque el vínculo paternofilial se ha roto para siempre, de manera traumática, inesperada, como esa vida que se siega de un certero tajo en la garganta y se desangra irremediablemente.
 
De las traiciones hablaremos otro día.

3 comentarios:

  1. Y si se trata de un ciudadano hacia el presidente del país? :)

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  2. Estoy plenamente deacuerdo con le expuesto, desde la mujerhombre hasta ésta última.... si un hijo dice esta a su padre, estoy plenamente deacuerdo en que esa relación está plenamente podrida. Un abrazo

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  3. Dim, para el ciudadano, en este preciso instante que nos aborda, el presidente de su país (y todos los políticos que lo rodean) más que una decepción son un auténtico problema.

    Cierto, elsillóndepapá, insalvable.

    Saludos.

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