15 de julio,
domingo
Suicidios
No me
acostumbro a esa terrible imagen, no quiero acostumbrarme a ella. Me gustaría
no verla jamás, pero si tengo que presenciarla alguna vez, quiero que se me revuelvan las
tripas, quiero indignarme, quiero decir entre dientes “Malditos hijos de puta
los causantes de esta desesperación”. Un hombre que se pega un tiro en una plaza, un cuerpo que voluntariamente se prende
en llamas como protesta por la situación social y su propia tragedia personal que se
deriva de ella, a la que nos han abocado políticos y banqueros, debería ser
motivo suficiente para la revolución.
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Es por esto que esta imagen es terriblemente lacerante
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