30 de agosto de 2013

Blogueguería 194: A ti que nos rondas

Sonríes de nuevo, desdentada,
he olido tu podrida boca desde la distancia.
Pero ya no tiemblo,
ni cuando te muestras hermosa
en la nívea faz infantil,
inerte, como si durmieras,
sin gesto,
alejándote entre la bruma de una fría vereda.

Te he visto tantas veces
recostada en las paredes de los pasillos,
o en la cabecera de una cama,
tan paciente, 
sin apenas rebullirte,
sin que te altere el llanto
o el rumiado silencio de la terrible espera.

Besé tu frente tantas veces...
Aún conservan mis labios la seda fría
de la carne sin el resuello de la sangre.
Tú, antónimo eterno de la Vida,
infinita Nada.
La vida siempre amamantada,
Tú, la muerte, tan sola, tan solos que nos mueres.
Pero hoy, con tu permiso, no, aún no es la hora.



No hay comentarios:

Publicar un comentario