19 de septiembre de 2013

Blogueguería 208: Lecturas de otoño

Mañana de septiembre, un tercio de mes consumido. Saboreo la calle en esas dos o tres primeras horas de luz de la mañana, cuando aún no se han copado las terrazas de la plaza Cervantes, a la hora del café matinal a eso de las doce, cuando todavía el sol no calienta con la insidia de pleno verano, y el leve presagio del otoño se cuela por el fino algodón de la camisa. Los amaneceres de finales de septiembre cubren de un inocuo rocío las hojas de las vides, y las partículas de aire flotan impregnadas de una sutil humedad y frescura. Es esa una brisa vivificante.

Presiento que este otoño va a traer abundantes lluvias de lecturas, me lo he propuesto. Llevo dos libros en el bolso, recién salidos de la librería: 'Coral Glynn', de Peter Cameron (en espera de ser recibida está su otra novela de atrayente título, 'Algún día este dolor te será útil'), y 'Las herencias', de Piedad Bonnett. La lluvia evoca cierta tristeza; su cadencia, su grisura, su metáfora... Pero también es renovación; en el aire, sobre el suelo, en ese horizonte que se abre despejado cuando cesa. Caminar y conducir bajo la lluvia no deja de ser una temeridad, también un placer irrenunciable. 

Sobre lecturas no hay preferencias, puede ser lo último de Peter Cameron, o atreverme con algún clásico (Virginia Woolf repararía en que hay pocas clásicas, ausentes comparativamente, lo que casi la convierte a ella en una clásica). Puede ser novela o poesía, esta última está siendo en los últimos meses un hermoso y reconfortante redescubrimiento. Y qué suerte la de poder descubrir universos con solo aterrizar en la página de un libro, o un inesperado cobijo entre los versos.

Después de un verano tan seco, ya va siendo hora de que empiece a llover.






No hay comentarios:

Publicar un comentario