22 de agosto de 2014

Lo ineludible





¿Acaso puede la tierra rehusar la lluvia?
¿Puede el salado mar negarse a la dulzura de las aguas del río?
Pues así no puedo evitarte.
Mas hay lluvias que se dejan caer sobre lejanos horizontes
mientras el desierto clama su sed,
y mares que anhelan en sus profundidades las alborozadas aguas,
hoy agotadas, exhaustas,
de lo que fue un torrente de agua dulce que rodaba guijarros
y agitaba la vida en sus orillas.



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