12 de octubre de 2014

La rosa de octubre

Nunca muere la rosa del patio de la abuela,
inmarchitable flor,
luz perenne es la rosa en el patio de la abuela,
cual luna llena que riela sobre el mar del tiempo.

De terso terciopelo,
sus pétalos resisten el implacable invierno,
los hielos y tormentas
que sobre ella vierten sus airados aguaceros.

La rosa y su milagro,
la abuela ya se ha muerto,
vi agonizar otras flores heridas de muerte,
mas esta nunca muere.

La rosa y su misterio…
Los niños de aquel patio, hijos de su perfume,
ya se hicieron hombres y mujeres,
y el tiempo los hace cansadamente viejos,
mas, ¿cuál es el secreto que a la rosa eterniza?,
¿será la firmeza de un recuerdo,
eterna memoria de un patio 
con sus niños y sus flores?

Atardecida infancia,
patios de estío, de rosales y de lunas llenas,
de mal de amores y de abrazos idos.
Sólo la flor regresa,
con su roja tersura,
como eterno rescoldo de un patio ya sin luces,
de un patio ya sin voces,
mas donde siempre late el corazón de la rosa.


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