5 de diciembre de 2014

A destiempo


Se despertaba
cuando aún dormía el resto del mundo,
que con el índice sobre los labios
y volteándose sobre la cama
le pedía que no hiciese mucho ruido.
Esperaba un ascensor que nunca llegaba,
unas veces por un cartel de AVERIADO
otras porque se lo apropiaba la anciana del quinto.

Llegaba a la estación
y ya no había más horarios de trenes,
en su incomprensible manía
de no reservar billete de tren.
Nunca pensaba en que no habría sitio
ni en que siempre hay un último tren.
Comía sobre las migajas del mantel
de quienes ya habían comido.
Salía a la calle cuando los otros entraban,
regresaba cuando los otros ya se iban dormir,
ponía el televisor y la película anunciaba THE END.

Cuando no quiso amar, lo quisieron a morir
Cuando se enamoró perdidamente ya nadie lo amaba
Cuando reía, nadie le encontraba la gracia,
Cuando lloraba, le recriminaban el llanto
y le pedían que fuese feliz.
Al fin coligió que lo suyo
no era cosa de soledades,
es que todo lo hacía a destiempo.


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