18 de junio de 2015

Gestos

Escuchaba ayer a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Los escuchaba con dos sentidos básicamente: el oído y la vista. Escuchar con los ojos, que dice mi amigo Eduardo. Los gestos dicen más que las palabras, más que los silencios. Los gestos, a veces, son mucho más ofensivos que las palabras. Otras tantas, desmienten la mentira. El gesto nos retrata.


Un par de conclusiones:

Estos dos representantes de las mayoritarias fuerzas políticas de este país no se han enterado de nada. Siguen arrojándose piedras a la cabeza, haciéndose cortes de mangas y señalándose con el dedo en lugar de un análisis concienzudo, un examen de conciencia y un dolor de los pecados que conlleve a un cambio de actitud en los políticos y en la manera de hacer política. El espectáculo sigue siendo bochornoso, y ambos, como representantes de sus partidos, siguen creyéndose el ombligo del mundo.

 Han perdido la dignidad, si es que la tuvieron alguna vez. Ver cómo se revuelven en sus asientos con actitud amenazante, con el desafío de quien cree estar en la posesión de la verdad y de un poder único que parecen consideran suyo por derecho, la cerrazón a una actitud más sensata y democrática, sus ovaciones en donde solo les falta hacerse la ola, es el espectáculo más lamentable que nos quedaba por ver en sus señorías.

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