24 de octubre de 2012

Blogueguería 105: Los "Me acuerdo"

Temo que el paso del tiempo me convierta en un puñado de anécdotas viejas, algo así decía Uriarte en su Diarios (2004-2007). Temo eso yo también, pero dicho temor compite igualmente con lo contrario: que llegue el día en el que sea incapaz de recordar, y los olores o sabores no traigan ninguna evocación a mi cerebro. Temo que esa larga distancia que es el tiempo borre las caras y los nombres.

Esta semana trabajo en el segundo ejercicio para el taller (Tayer, ha sido bautizado, en una inteligente simbiosis de conceptos y palabras) de escritura que ha organizado Eduardo Laporte, escritor y periodista, y conocido por estos lares. Decidí inscribirme por varios motivos, el princial es el amor a la literatura y a la escritura. Las otras razones son derivadas; por una parte, es un pulso conmigo misma, un medirme las fuerzas y la capacidad para enfrentarme al parpadeo del cursor sobre una pantalla desierta esperando llenarse de alguna historia; por otra, mi predilección por la escritura autobiográfica, por lo personal llevado a lo literario y revestido de cierta belleza sin caer en la impostura. Creo que no hay historias personales que no sean dignas de contarse por una u otra razón, solo hay que saber desentrañarlas y pincelarlas. El atractivo objetivo del curso y el no menos atractivo del profesor, entiéndase desde el punto de vista de la docencia, son razones suficientes para intentarlo.

Con el ánimo de ir conociéndome, y con la confianza en que quien un día decide ponerse a escribir es solo cuestión de tiempo que le nazca un libro, me he embarcado en esta aventura. Decía que esta semana trabajo en un ejercicio relacionado con Georges Perec y su 'Je me souviens'. Es curioso comprobar como la memoria responde al estímulo de estas dos palabras: Me acuerdo..., y empiezan a chorrear los recuerdos, como las babas de los perros de Paulov al tintineo de una campana. Es un bombardeo más o menos ordenado en el tiempo, una lluvia de ideas sobre una pizarra, un atropello de viviencias, sensaciones, escenas que quedaron en la memoria como una imagen retenida en una fotografía, que emanan desde lo inimaginable, y hay que reproducir con las palabras. Lo difícil no es que aflore el recuerdo, eso, ya digo, es fácil, lo complicado es condensarlo en una frase, sin una palabra que sobra u otra que no se encuentra, y que no solo defina el hecho sino las sensaciones, los sentimientos...

Han salido muchos "Me acuerdo", casi todos lejanos en el tiempo (prefiero lejanos que las anécdotas viejas de Uriarte), y ahora estoy en la fase selectiva y de retoques, cribado de recuerdos y todo lo que reviven después de tanto tiempo, cribado de palabras o el cambio de una por otra, esas últimas pinceladas del pintor satisfecho, así hasta que considere que está lo suficientemente pulido para ser expuesto. A veces, cuando escribo, me asalta la duda de si tiene interés para alguien, o si llega de alguna manera a quien lo lee, y ese planteamiento me provoca desánimo. Otras muchas veces pienso que, si no escribiese, viviría con la necesidad de hacerlo, como privada de algo esencial, y entonces ya no me importa tanto si lo que escribo tiene o no tiene interés o algún valor para alguien. Es mi camino de salvación.

Llego a la conclusión, con este ejercicio, de que el recuerdo, el acordarse de algo (y no me estoy refiriendo a lo que he comido esta mañana, cuándo fue mi última regla o cuándo tengo nueva cita con el dentista) implica cierta lejanía en el tiempo, cierta relevancia del hecho y, sobre todo, pérdida... Lo irrecuperable aflora con más ahínco sobre el resto de recuerdos, tanto lo que nos causó dolor como lo que nos hacía reír o sentirnos felices.

Ahora, después de todos estos "Me acuerdo", casi listos para entregar en breve a nuestro inestimable maestro, vendrá otro margen de tiempo, otros veinte años que no son nada, que decía Gardel, para ir viviendo, para ir sumando más experiencias, emociones, sensaciones... Que dentro de otros tantos años se conviertan de nuevo en cientos de "Me acuerdo"

3 comentarios:

  1. Todos tienen interés. A veces, curiosamente, los que puedan parecer más anodinos. "Me acuerdo de la primera minipimer".

    Los espero con ganas.

    O sea, que solo atractivo docente... ¡De esta me acuerdo! jjojojo

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  2. Todos, por eso es tan complicado dejarlo en unos cuantos.

    El otro atractivo es obvio :P jaja

    El curso está resultando un placer (no encuentro otra palabra), ¡gracias!

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  3. Me alegra sobre todo la última frase!!

    : )

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