He
mandado un whatsApp a Sara:
Me
besabas?
Ella se ha hecho la ingenua con otro suyo:
¿?
En
el sueño…
No…
Luego
ha tardado un rato, escribía y no enviaba nada –sospecho que borraba-, hasta
que por fin se ha decidido:
hacíamos el amor
En
ese momento estaba en casa, tumbado en mi cama… Me he dejado ir.
No me dices nada??
No
te imaginas lo que acabas de ocasionar…
jajaja me gusta
Leo
a Pablo Gutiérrez, -recomendación de Fran-. Me gustaría escribir como Pablo
Gutiérrez. Este curso presentaré un relato al concurso del instituto.
Ha
sonado el timbre de la puerta. Me he abrochado deprisa los pantalones que me
había desabrochado pensando en Sara y en nuestro sueño, y he abierto la puerta.
-Hola,
venía buscando a… ¿tu madre?
He
balbucido, como un imbécil, que mi madre no estaba. Ella sostenía un bote de
cristal que contenía un poco de agua y un esqueje que yo me he quedado mirando,
sin salir de mi estado de imbecilidad.
-Ah,
sí, perdona. Soy Loreto, mis abuelos son vecinos tuyos. Me ha dicho mi abuela
que le trajese esto a tu madre, creo que es una planta, o algo así…
Ella
sonreía sin dejar de mirarme, después ha alzado la vista sobre la puerta.
-4º
C, no me he equivocado…
He
continuado en silencio, sin saber si coger el bote de cristal o decirle que
volviese cuando estuviese mi madre, pero he podido reaccionar para salvar mi
pellejo de chico lelo y sin recursos frente a la repentina aparición de una
desconocida que me comía el terreno con su desparpajo y con su par de tetas.
-Sí…
esto, yo soy Nicolás. Nico. No está mi madre, pero dame, ya le daré el recado
cuando regrese.
Más
que dejar que me lo cediese, se lo he arrebatado de las manos. He sido
consciente de la violencia que casi ha hecho que se derramase el agua.
-De
acuerdo. Pues adiós.
Solo
ha dicho eso y ha dado media vuelta. Me he quedado aún en la puerta, con el
frasco de cristal con la futura plantita en la mano, viendo cómo se perdía por
las escaleras hasta que ha desaparecido su estela. He escuchado el sonido de la
puerta de mis vecinos, en los que casi nunca había reparado hasta hoy, primero abrirse
tras el chack de una vuelta de llave, y luego cerrarse con un golpe seco y de
nuevo el chack de la vuelta de llave, y la he imaginado a ella allí dentro, apenas
a dos tramos de escaleras de mí.
Escribo en mi diaro.
Miércoles, 14 de noviembre de 2012
Hace seis meses, 14 días y 22 horas que vinimos a vivir a
este barrio.
Papá ha dormido en el sofá. Una manta doblada en una da
las sillas del salón y uno de los cojines en un extremo, que aún mantenía el
hueco y el calor de su cabeza, es prueba de ello. En lo que va de mes es la
tercera vez. Papá no merece nada de lo que le está pasando. Ya solo le faltaba
mal rollo con mamá.
Hoy hace un mes que salgo con Sara. Ha soñado conmigo,
que follábamos juntos. Quiero hacerlo con ella; saber cómo es eso de estar
dentro del cuerpo de una chica y que sea dentro de Sara. Cuando nos besamos, quisiera
quedarme en sus labios para siempre. Sara es mi mejor momento.
Transcribo a
Gutiérrez:
Ella se
acercó, callada,
Y me
dijo: Si los versos
Te gustan
más que mis labios,
Ya nunca
te daré un beso…
Puaggg!!
Es guapa la nueva vecina del tercero.
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