22 de diciembre de 2013

Déjà vu

Llegué del mercado y tu silla no estaba aquí,
tampoco tu retrato sobre la cómoda.
Entré en el cuarto de baño
y había desaparecido tu cepillo de dientes,
también tu loción para después del afeitado.
En el sillón del dormitorio no aparecía doblado tu pijama,
las perchas del armario ya no sostenían tus camisas,
tus zapatillas no asomaban por debajo de la cama,
y el hueco de tu cabeza se había borrado almohada.
Ya no estaban tus libros,
ni los pots-it con anotaciones entre las hojas,
ni tus discos,
ni los artículos de periódicos que coleccionabas,
tampoco tu guitarra,
ni los folios escritos y apilados sobre la mesa.

Entonces quise creer que nunca habías estado aquí,
que todo eso que tú eras había vivido siempre en otra casa,
que otra mujer, al llegar del mercado,
te encontraría sentado en tu silla
recortando un artículo de periódico,
que encima de alguna cómoda
hay una fotografía tuya con gafas de sol,
que en la repisa de un armario de un cuarto de baño
hay un frasco mediado de tu loción de afeitado
y un desgastado cepillo de dientes en un vaso.
Que alguien dobla celosamente el pijama
que guarda tu olor,
cuelga tus camisas recién planchadas en un armario
y alisa cada mañana  la almohada en donde tu cabeza ha dejado su hueco.
Que tus libros permanecen ordenados
con los post-it entre sus hojas en una iluminada habitación,
que Lou Reed suena en horas vespertinas en otro salón,
y ensayas notas para nuevas canciones
cuando ella no está en casa,
que no sabes que existo ni cuál es mi nombre.

Al llegar del mercado tu silla no estaba aquí...

3 comentarios:

  1. Querido Dim, mis mejores deseos para ti y tu familia en estos días, y siempre.
    Feliz 2014
    Un cálido abrazo desde la distancia.

    ResponderEliminar