19 de mayo de 2014

Cuando el sueño no llega

¿Cómo podré decirte que la última noche viniste,
de sorpresa, como en un sueño?
Philip Larkin



Cuando  el sueño no llega lo haces tú.
Entras por el rabillo del ojo,
y te cuelas hasta la sien,
y allí te sientas.

No dices nada,
y yo espero a que te vayas,
Pero no te vas.
Y mientras tú no te vayas,
El sueño no llega.

Bueno, dime algo, te espeto,
pero tú te rascas las rodillas,
o te miras las uñas.
Qué cabrón, te digo,
¿a esto vienes?
Entonces ríes, como un niño,
con tu insolencia,
con tu ternura.

Y yo me impaciento,
Y otra vez te lo digo: ¡Lárgate!
Y me lanzas un beso sonoro: ¡Muakk!
Y vuelves a reír a carcajadas.

Me doy media vuelta
y te aplasto contra la almohada.
Pero sigues ahí sentado,
ahora en el borde de la mesita de noche,
con las piernas cruzadas como un indio,
repiqueteando con tus dedos
sobre una novela de Roth.

Y me llamas,
susurras mi nombre,
como lo hacías en el respiradero
por el que nos colábamos en la noche,
y me dices: Ven, acércate…
y yo mantengo la distancia,
no sea que muerdas, como la última vez.
Me iré, me dices, cuando amanezca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario