10 de mayo de 2014

Guía para ser feliz

Les lanzo una propuesta, he aquí una guía, práctica y sencilla, para que ustedes aprendan a orientar todo su ser hacia la felicidad... Ya vamos mal, la felicidad no es la meta, no es un fin, es en sí misma una manera de vivir (hija, Carmen, y sabiendo lo que sabes...), porque una vez dedicados todos nuestros esfuerzos al hallazgo de la felicidad, ¿cómo seguimos viviendo cuando nos topemos con ella? Hemos tenido la suerte de llegar hasta esa felicidad, ese estadio perfecto: la felicidad. ¿Y ahora, qué? ¿O es, tal vez, la felicidad esa utopía sobre el horizonte de la que habla Galeano? 

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".

Santiago Rojas, médico colombiano, muy mediático y escritor, ha publicado varios libros sobre cómo ser feliz... Ah, el eterno mal del SER humano, la INfelicidad, o lo que es peor, la NOfelicidad, que no conlleva necesariamente infelicidad, sino un estado de cronicidad que podría definirse como un desasosiego latente, con sus épocas de reagudización o azogue del alma. Dice Santiago Rojas, en su libro 'Anímate' (vamos, Carmen, ¡anímate, mujer! ¿Cuántas veces has deseado tú ánimo a tus pacientes, a algún amigo y ser querido? Muchas), que la clave de la felicidad está en el interior de uno mismo (a cuántos autores y en cuántos libros, por activa y por pasiva, habré escuchado/leído esto), y que en ese proceso para ser feliz debe haber una estrategia predominante (y es que todo en el vida es estrategia) y es la de soltar lastre, SOLTAR. Repite este verbo más de una vez: soltar, desasirse, desligarse, desatarse. Porque la INfelicidad está muy relacionada con las ataduras: a personas, a lugares, a situaciones, a miedos, a banalidades ... Para ilustrar con un ejemplo; sería ese globo que comienza a descender por el excesivo peso dentro de su barquilla, y es necesario ir arrojando enseres por la borda para volver a ascender por los cielos.

Hacerse liviano (este concepto me ha gustado. Sentir que flotas, como cuando el chico que te gustaba te dedicaba una mirada), recuperar el aliento vital. El aliento vital, apunta el doctor Rojas, es el impulsor de ese ánimo necesario para conseguir la felicidad. Aunque eso de soltar lastre, de los desapegos, de "restar" importancia a las cosas parece que suena a que todo te importe una mierda, no van por ahí los tiros... Nooooo, no nos equivoquemos, no lo confundamos con indolencia. Prosigamos... Ya salió la palabra, ha tardado un poco en salir, pero aquí está: en 'Anímate' también aparece la palabra ACTITUD. Y es que la actitud es todo frente a la vida... (Carmen, tu actitud últimamente es unamunesca total, Del sentimiento trágico de la vida. A ver si vamos recuperando el ánimo, a ver si empezamos a lanzar enseres por la borda).

A ver, clarifiquemos ideas y resumamos: 
Primer paso: Interiorización. Incursión en nosotros mismos, rebuscarnos, reencontrarnos, perdonarnos, amarnos, "amar el ser que se es". Cuánto reflexivo en estas guías hacia la felicidad.
Segundo paso: Aligerarse, levitar, elevarse, espiritualizarse... y respirar. Recuperar el aliento. En The presence process, de Michael Brown, respirar es un intento de desconexión de nuestra mente con todo lo exterior, para así poder encontrarnos con nuestra presencia interior en el momento presente. En esta otra guía o proceso de Brown, aparece el manido concepto carpe diem. "A cada día le basta su afán", escribió san Mateo.
Tercer paso: Actitud, Del sentimiento trágico de la vida pasaremos paulatinamente al sentimiento tragicómico de la vida, con ejercicios encaminados a reírse de uno mismo, así, sin prejuicio ni ironías. El sentido del humor empieza por la pérdida del sentido del ridículo, ese que a veces es tan acusado que nos hace caminar rígidos... (Carmen, te lo repito con frecuencia: cuidado con la rigidez de carácter. Lizanías, lizanías: quieres ser una mujer curva, como una voluta, maleable, como la plastilina).

Conclusión: 
Se cuenta ese episodio, no sé si real o leyenda, en el que un profesor le preguntó a Lennon que qué quería ser de mayor. Se dice que él dijo: Feliz. No, no has entendido la pregunta, dijo el profesor. Es usted quien no entiende la vida, dicen que contestó el jovencito Lennon. 
Tu felicidad sólo depende de ti, no la dejes en manos de nada ni de nadie. A partir de ahí, tira todas las guías por la borda de la barquilla, incluida esta paja mental.



No hay comentarios:

Publicar un comentario