30 de septiembre de 2015

Vivir con lo que te hace vivir




Battiato está viejo y ha perdido sus agudos. Los agudos de Nómadas, mal o bien, los ejecutábamos un público entregado a su presencia, a esa figura sentada sobre una alfombra (¿voladora?) y que parecía una lengua de fuego que se hubiese escurrido de alguno de los cuadros del Greco. Deslumbrante e igualmente entregado a su público. 

No me emocionaban tanto los viejos temas y ese hilo de voz que fue creciendo a medida que crecía nuestro entusiasmo, digo, como contemplar esa figura frágil y delgada alzar los brazos y cerrar los ojos mientras balanceaba ligeramente el cuerpo al son de un violín, como extasiado en esas notas, harto conocidas y esperadas por él, como si fuese la primera vez que entraban en su cabeza y removían su espíritu. Pensé en esa dicha de vivir de lo que a uno le gusta, en donde la satisfacción no es solo la cuenta corriente, sino la plenitud del espíritu.

Unos pasos torpes hacia el pianista, en donde casi se enreda con uno de los cables (¡otra pierna rota, no!) denotaban la mella del tiempo... El tiempo derrama indolente/grietas sobre los muros de tu cuerpo (escribió una vez esta poeta que no soy). No es necesario correr ni dar saltos por un escenario para vivir la música, a veces una alfombra y un hombre sentado sobre ella transmiten la sutil emoción de sentirte parte de la escena. Lo de menos era esa espalda curvada y esa voz débil que apenas lograba alcanzar las notas de aquellas viejas canciones que la memoria recordaba y tarareaba con él, lo más grandioso fue verlo vivir tan intensamente aquellos ciento veinte minutos, y transmitirnos esa vivificante energía a quienes expresamente quisimos estar allí. 

Así coreamos su Nómadas y otras tantas. En donde no llegó su voz, alzamos todos la nuestra.

1 comentario:

  1. ¡Estuve allí! Me emociona saber que tú también estuviste.
    No defraudó, a pesar de ese hilo de voz como bien dices, porque como también lo dices bien, no es solo la voz lo que emociona en un artista.

    Saludos, Carmen. Hacía tiempo que no visitaba tu página, y como siempre me he encontrado con osadías que me han hecho sentir y estupendos escritos.

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