3 de octubre de 2015

Me conoces desde dentro

Te conozco desde dentro,
he nadado en el calor de tu vientre,
me he alimentado del salado y dulce de tu sangre.
Nadie como yo, ni tan siquiera el hombre
que juró amarte, ha escuchado tan profundo
el latido de tu corazón,
y esa es la música que llevo dentro,
las notas que desde niña empezaron a salir de mi boca
y que tú reconoces como propias
y, orgullosa, sonríes por esa herencia.

Así es, madre, te conozco desde dentro,
y me conoces desde dentro
porque cada vuelco que di en tu nido
removía tus entrañas,
cada vuelco en este otro nido
sigue removiendo tus entrañas.
Y me miras, lo sé, como yo te miro a veces
desde ese rincón en donde la luz nos perfila,
en esa querencia que busca un hogar
que ya no es, ni el tuyo ni el mío.

Y te vuelves claustro y agua
y me vuelvo rudimento de vida
que retorna a tu mar para volver a nacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario